Ser padres

Hermanos y no rivales

Los hermanos tienen en común los genes, la cultura, las experiencias de vida y diversas experiencias en su crianza, lo que les permite vivir los mismos acontecimientos. Sin embargo, esto no significa que sean iguales, pues cada persona es única y tiene su propia personalidad, dos hermanos criados juntos pueden desarrollar formas de comportarse totalmente opuestas.

El vínculo entre hermanos evoluciona a lo largo de la vida y comienza en la infancia. Los hermanos al crecer se convierten en esa red de apoyo y una de las preguntas más usuales en los padres es  ¿Cómo fomentar y reforzar este lazo?

  1. Juegos familiares

En una familia hay espacio para compartir tiempo de manera individualizada con cada niño pero también es conveniente encontrar rutinas centradas en el objetivo de disfrutar juntos de una actividad. Una de las ventajas del juego es que esta experiencia eleva el entretenimiento. Por tanto, potencia a sus protagonistas a centrarse en el lado positivo de la realidad.

  1. Las diferencias no son negativas

Aspirar al ideal de una rutina familiar en la que nunca hay espacio para las diferencias aporta una visión errónea del crecimiento. Cada niño es diferente y existen distintos factores que pueden influir en el vínculo. Por ejemplo, la diferencia de edad. Tus hijos son protagonistas de esta historia y puedes acompañarles sin sobreprotegerles en la superación de estas diferencias.

  1. Conversación familiar en torno a la mesa

Cada familia, a partir de sus propios horarios y circunstancias familiares, puede planificar en qué momentos del día comparte tiempo en torno a la mesa. Un espacio de nutrición que también alimenta los vínculos afectivos desde la sencillez de las conversaciones de cada día. Conviene dar espacio a cada niño.

  1. Escuela de padres

Puedes encontrar recursos de apoyo para desarrollar nuevas habilidades de actuación y de comprensión en torno a este asunto. En las escuelas de padres no solo recibes la formación de especialistas competentes en educación, sino que también puedes coincidir con otros padres que comparten historias de las que puedes aprender. Además de ello, también puedes leer libros sobre educación. 

  1. Individualidad

En una familia existe espacio para el bien común puesto que el propio término de familia describe en la práctica la experiencia del nosotros. Sin embargo, este espacio interpersonal está formado por seres individuales únicos y diferentes. Por ello, lejos de potenciar la comparación entre hermanos, un hecho que potencia los comportamientos de rivalidad, esta atención a la individualidad eleva la colaboración.

Esta individualidad es importante incluso en la decoración. Por ejemplo, cuando dos hermanos comparten dormitorio, cada uno tiene su propio espacio diferenciado en el cuarto.

  1. Escucha a tus hijos

La comunicación es uno de los pilares de la familia. Y uno de los ingredientes de la comunicación es la escucha. Esta escucha ofrece una retroalimentación que da espacio al punto de vista de cada uno.

  1. Tiempos con amigos

Conviene no potenciar el vínculo de dependencia entre hermanos aspirando a que compartan todo el tiempo juntos puesto que los espacios propios y la relación con otros amigos mejora la calidad de los instantes de encuentro mutuo.

  1. Identifica cuáles son las causas de conflicto habitual

Si los conflictos entre hermanos obstaculizan el vínculo puedes reflexionar en torno a cuáles son los momentos en los que se producen con más frecuencia posibles diferencias. Acotar la realidad desde lo concreto es positivo frente a la imprecisión de las generalizaciones para actuar desde un objetivo alineado con este deseo de potenciar la relación entre hermanos.

¡Ya lo vemos!

¡Ya lo vemos!

Tu hijo bilingüe, educado para la globalización y con los valores de un ciudadano del futuro.

¡Conoce cómo lo hacemos!