La rutina no es monotonía: Enfoque Early Years

A veces tenemos la duda entre qué beneficios hay en dejar a mi hijo en casa, que tenga unos años más antes de entrar al colegio y qué otros beneficios pueden haber en que llegue en sus primeros años al colegio para compartir con otros niños e iniciar con la implementación de rutinas y demás procesos que brinda el colegio desde temprana edad. 

 

Nuestras rutinas diarias en preescolar van más allá de la enseñanza académica; son la base para el crecimiento integral de nuestros estudiantes. Cada día es una oportunidad para explorar, aprender y crear recuerdos inolvidables. En nuestro colegio hacemos el acompañamiento con las familias y velamos por que podamos consolidar rutinas escolares, rutinas de alimentación, rutinas de sueño, rutinas de higiene y que realmente todo esto sean las bases más sólidas para el desarrollo de su vida escolar. 

 

Cada día comienza con una cálida bienvenida a nuestros estudiantes. La rutina de la mañana es crucial para establecer un entorno positivo y acogedor. Los niños llegan con sonrisas radiantes y energía contagiosa, listos para las experiencias del día. Nosotros en el colegio tenemos unas rutinas específicas para nuestros estudiantes de Early Years, que hacen referencia a los grados K1, K2 y K3, en otras palabras, son niños entre un año y tres años que ya empiezan a tener unas rutinas específicas en su día a día. 

 

El momento en el que nos sentamos a saludarnos para que ellos puedan expresar cómo se sienten, qué les pasó la noche anterior, cómo fue ese momento en el que iniciaron la mañana, es tan importante como toda la jornada que ellos van a llevar a cabo. Nuestro Circle Time, es un momento especial donde los niños comparten sus emociones, noticias emocionantes y se conectan como una comunidad con sus compañeros de salón y sus profesoras; cantamos canciones, contamos cuentos y exploramos conceptos básicos como los días de la semana o el clima actual. Esta primera rutina fomenta la comunicación, las habilidades sociales, cognitivas y fortalece el sentido de pertenencia.

 

Posteriormente, vamos a pasos más específicos en su mañana que puedes revisar en este blog https://blog.cambridgecali.edu.co/rutina-highscope, en donde te contamos los 2 pasos siguientes a la bienvenida.

 

En nuestra planificación, es indispensable contar con 3 momentos que dividimos de la siguiente forma: nuestros momentos de alimentación, nuestros momentos de juego y nuestros momentos de grupo completo y de grupo pequeño, que para nosotros son primordiales y para ellos se vuelven igualmente necesarios en su día a día explicados a continuación.

 

En nuestro preescolar, entendemos la importancia del juego en el desarrollo de los niños. Nuestro currículo de Highscope incluye tiempo libre para jugar, donde los estudiantes pueden explorar, socializar y desarrollar habilidades motoras finas y gruesas. Los rincones de juego incluyen áreas temáticas que estimulan también la imaginación y la creatividad. Entendiendo el juego, como la actividad más seria que desarrollan los seres humanos en sus primeros años de vida. 

 

Nuestros maestros planifican las clases para gozar de espacios emocionantes y envolventes. Utilizamos actividades prácticas y materiales didácticos coloridos para abordar conceptos importantes en matemáticas, ciencias y lenguaje. Cada experiencia es una oportunidad para fomentar la exploración y la curiosidad.

 

Después de concentrarse en las experiencias y actividades, es hora de liberar energía en el recreo. Juegos al aire libre, carreras y parques increíbles promueven el desarrollo físico, social y emocional de los niños. La hora del recreo es un momento para fortalecer amistades, disfrutar de los espacios que brinda el colegio, crear comunidad, poner en evidencia las habilidades que van desarrollando y liberar un poco más de toda su energía en las zonas verdes.

 

Por otro lado, un almuerzo nutritivo proporciona la energía necesaria para la tarde, al igual que una lonchera balanceada a media mañana. Después de comer, los niños disfrutan de un merecido tiempo de descanso, tanto en la mañana como en la tarde, en dónde juegan con sus amigos, disfrutan del parque y gozan de un tiempo de esparcimiento para que su creatividad salga a flote, no es lo mismo estar en un espacio al aire libre que estar dentro del salón.

 

La siesta o el tiempo tranquilo en los grados K1 y K2 ayudan a recargar energías y promueven un ambiente relajado para el aprendizaje continuo y activo. En esta etapa crucial de crecimiento y descubrimiento, el sueño adecuado desempeña un papel fundamental en el bienestar físico y mental de los más pequeños.
Nuestro enfoque en la siesta no es solo el descanso, es potenciar el aprendizaje; durante este tiempo, sus mentes curiosas continúan absorbiendo el mundo que los rodea, mientras sus cuerpos se relajan y se preparan para nuevas aventuras.

 

Cada día termina con una despedida amorosa. Reflexionamos sobre las experiencias del día, celebramos los logros y creamos recuerdos. Los niños se van a casa con sonrisas, llevando consigo no solo conocimiento sino también el amor por aprender y volver al siguiente día para seguir construyendo un aprendizaje activo, cargado de alegría y momentos inolvidables.

 

A veces asumimos que los niños ya saben qué es lo que se espera de ellos, y está bien tener momentos sorpresa, que nos hagan imaginar o estar a la expectativa y fluir con lo nuevo que trae el día. Sin embargo, en estas edades, la rutina y la anticipación a lo que sucederá, qué se espera de mí en cada espacio o experiencia, les brinda a los niños la seguridad necesaria para desenvolverse con firmeza, teniendo herramientas de las cuales agarrarse para desempeñar cada momento siendo día a día más exitoso en todo lo que se proponen.

 

Con nuestros docentes hemos hablado mucho frente al tema de las rutinas y a veces hemos hecho la comparación en cómo arrancamos una mañana corriendo, que se nos quedan cosas, vamos tarde y cómo transcurre nuestro día a un día en el que realmente nos despertamos con tiempo, alcanzamos a desayunar, nos bañamos, organizamos nuestras pertenencias y llegamos a trabajar. 

 

Los días transcurren completamente diferentes, por lo tanto, que un niño pueda saber qué se espera, no quiere decir que todos los minutos del día estén debidamente planeados, pero sí que la jornada tiene orden, una razón de ser y una rutina que cumplir.

 

Es por esto que la rutina, la anticipación y los límites, se vuelven aliados estratégicos en el acompañamiento de los procesos de los niños y son la forma perfecta para desarrollar habilidades para cada etapa que transiten e ir garantizando el éxito del proyecto de vida, que cada uno quiera alcanzar. 

 

¡Ya lo vemos!

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