Ser padres

Conozca los principales mitos que existen alrededor del bullying escolar

El 2 de mayo se conmemora el ‘Día Internacional Contra el Acoso Escolar’, este es un problema global que afecta a una gran cantidad de niños y se refiere a cualquier forma de maltrato psicológico, verbal o físico producido entre estudiantes de forma reiterada a lo largo de un tiempo determinado tanto en el aula, como a través de las redes sociales, este último se conoce como Ciberacoso.

Este comportamiento se manifiesta cuando un estudiante o un grupo ejercen poder, maltratan e intimidan a sus pares de forma repetida y sostenida, por lo general lejos de la presencia de personas adultas.

Estas conductas tienen por intención principal humillar, excluir y someter abusivamente a sus pares mediante agresiones físicas, verbales, sociales o por medios electrónicos, causando temor psicológico, daño físico, aislamiento y rechazo grupal en la víctima.

Aún existen falsas creencias que restan importancia a sus consecuencias y que impiden
darle una pronta solución a la problemática. Conózcalas.

  1. Sólo es bullying si existe agresión físicas El acoso escolar también puede ser verbal (insultos, desprecios) o relacional (“A ti no te invito a mi cumpleaños, y al resto sí”, “Tú no te sientas con nosotros”) y su objetivo es el aislamiento social. El acoso con violencia es más común en los varones. Según el informe de Save the Children, el 30 % de los niños admite que le han pegado, respecto al 14 % de las niñas. El bullying sin violencia física suele ser más difícil de detectar porque es más sutil.

  2. Siempre ha existido, ¡son cosas de niños! Ni son cosas de niños ni hay que aceptarlo, restarle importancia o pensar que desaparecerá si se deja pasar. La frase “esto ha ocurrido toda la vida” no lo legitima. Y afirmaciones como “los niños de ahora no aguantan nada” o “nadie se ha muerto de esto” no hacen sino esconder un problema real que debe abordarse correctamente.

    Los expertos advierten que opiniones de este tipo son muy habituales entre los adultos y se corre el riesgo de restar importancia a un problema grave que puede llevar incluso al suicidio de la víctima. Se estima que cada año en el mundo, cerca de 246 millones de niñas, niños y adolescentes sufren de algún tipo de violencia en colegios.

  3. Te hace más fuerte. Esta afirmación es totalmente falsa. La mayoría de los niños, niñas y adolescentes son fuertes y resilientes, es decir, consiguen superar la experiencia. Pero en algunos casos, el niño acaba experimentando estrés crónico y se vuelve cada vez más vulnerable. Diversas investigaciones científicas han demostrado que los niños que sufrieron acoso escolar son más proclives a seguir siendo víctimas en su etapa adulta (violencia de pareja, agresiones, etcétera).

  4. Si es solo por internet, no es para tanto El acoso por internet puede tener las mismas  consecuencias psicológicas o incluso más graves. En el caso del ciberacoso, los testigos o los agresores pueden llegar a ser miles. Un tuit o un comentario en Facebook que se repite por cientos de usuarios multiplican el número de agresores y las probabilidades de causar un daño a la víctima.

  5. Si supiera defenderse no sufriría acoso escolarEsta falsa creencia está muy extendida, incluso los padres llegan a culpar al niño con frases como: “porque no te defiendes” “no puedes dejarte de nadie”. Es cierto que hay niños con ciertas habilidades sociales que tienen menos probabilidades de sufrir acoso. Y también es cierto que hay que ayudar y dar herramientas a los pequeños para saber enfrentarse a las adversidades. Pero ningún menor tiene por qué saber cómo hacer frente a una situación de violencia de este tipo, que incluso los adultos no sabríamos gestionar si la viviéramos, por ejemplo, en nuestro entorno laboral. Así que el papel del adulto ha de ser el de vigilar, proteger, ayudar y defender, y enseñar al niño que tiene derecho a no ser agredido nunca y a pedir ayuda y recibirla.

  6. Los niños siempre avisan si sufren un acoso grave Está comprobado que en la mayoría de casos los niños que sufren acoso guardan absoluto silencio. Las víctimas se aislando y llegan a creer que ni sus familiares pueden ayudarlas. Además, temen que el acoso aumente al dar a conocer esta situación. En el caso de los jóvenes suelen guardar silencio con el fin de no preocupar a sus padres.

  7. Es difícil que los padres y profesores se den cuenta Es cierto que padres y profesores suelen tener dificultades para advertir el ciberbullying al no compartir redes sociales ni entornos virtuales con los menores. Pero cuando se trata de acoso tradicional los profesores pueden darse cuenta con relativa facilidad, al menos de que algo en el grupo no funciona bien. Por su parte, los padres deben estar atentos a síntomas como bajada de rendimiento escolar, cambios de comportamiento, miedo de ir al colegio.

  8. Es mejor que lo solucionen entre ellos No es cierto que sea mejor mantenerse al margen. Lo indicado es que los adultos intervengan y den herramientas tanto al acosador -cuya actitud siempre esconde algún motivo- como a la víctima de acoso.

¿Cómo prevenir el bullying?

  • Conocer a sus amigos y compañeros y estar al tanto de la relación que tiene con ellos.
  •  En caso de notar algún rastro de violencia en su cuerpo, consultarle en privado qué le
    pasó y permitirle sentir confianza para que pueda contar lo sucedido.
  •  No incentivar a que el niño resuelva solo el problema con violencia, ya que, lejos de
    solucionar el problema, puede ocasionar más estrés en ellos.
  •  Enseñar y educar en el respeto para que los niños no se burlen de sus compañeros.
  • Cuando se detecta un caso de bullying, los padres del niño o adolescente deben trabajar conjuntamente con la escuela para resolver el problema.
  • Observar en casa si existen algunos cambios en la conducta o en alimentación, y de
    ser necesario respaldarse con ayuda profesional.
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